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Oña La Bureba | Foto: Santiago López Pastor
Tras un suave recorrido por la llanura de La Bureba, el río Oca atraviesa una estrecha hoz antes de confluir con el Ebro, en el desfiladero de la Horadada. Este privilegiado y contrastado entorno se encuentra incluido en el Espacio Natural de Montes Obarenes.
La primera presencia humana se constata en los yacimientos arqueológicos de las cuevas de Penches, la Blanca y el Caballón.
A orillas del Oca se emplazó la villa de Oña, una población muy vinculada a los orígenes de la primitiva Castilla. En el año 950, Fernán González concedió fueros a la villa. Sancho García, conde de Castilla, otorgó a Oña rango condal, y fundó allí un señorío infantado para su hija Tigridia, que tuvo por tributarios más de 200 villas y 300 iglesias. En 1033 el rey Sancho el Mayor de Pamplona impulsa la reforma del infantado en monasterio benedictino, que pronto se convertirá en el más poderoso de Castilla.
Tras el asesinato de Sancho 11 en Zamora, el Cid trae su cuerpo a enterrar a Oña, convirtiendo así el monasterio de san Salvador en el primer Panteón Real de Castilla. En él se guardan los restos del rey Sancho el Mayor de Pamplona, del rey Sancho II el Fuerte de Castilla, de la reina doña Mayor de Pamplona, de los condes de Castilla Sancho García y García Sánchez, de la condesa doña Urraca y de tres infantes de Castilla.
Su historia, ligada a las raíces de Castilla, es el tema central de una espectacular obra que cada mes de agosto se representa en el incomparable marco de la Iglesia de san Salvador: El Cronicón de Oña.
Esta representación, en la que participan más de 200 vecinos de la villa, ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.
Bajo el título «Monacatus», la villa de Oña acogió la edición de Las Edades del Hombre en 2012.
Oña es una villa muy festiva: San lñigo el 1 de ‘junio, San Juan el 24 de junio, san Vitares el 26 de agosto y santa Paulina el 21 de octubre. El último domingo de septiembre se organiza una animada feria agraria y artesanal y en el puente de diciembre un mercado en el claustro barroco.
La actividad deportiva es continua a lo largo del año. La tradición artesanal está muy arraigada: botas de cuero, encuadernación y trabajos en boj. Morcilla, embutidos, rosca de chorizo, dulces, miel, queso y frutas como sus afamadas cerezas, son productos que se ofrecen al visitante y que es posible degustar en los restaurantes. Varias casas rurales, hostales y un albergue completan la oferta de alojamiento.
Más Información turística (Descargar folleto)
Fuente: Ayto. de Oña.
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